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¿Has pensado alguna vez en cómo crece un árbol? No empieza desde las ramas, ¿verdad? Ni desde las hojas, empieza echando raíces. Y todo eso sucede debajo de la tierra, nadie puede verlo. Allí, en ese espacio que no vemos, se extiende, se nutre, se prepara, se sostiene.

Solo cuando esas raíces que no se ven están realmente firmes, el árbol se abre paso hacia afuera, resiste tormentas, se adapta a cada estación del año, aguanta lluvias, aguanta fríos, aguanta calor. ¿Por qué será que sigue ese orden? Y eso me lleva a pensar, no ocurre lo mismo con nosotros, con los verdaderos cambios que queremos ver en nuestra vida o en nuestro liderazgo. Parece que primero tienen que darse dentro de uno mismo, en lo profundo de nuestros valores, en nuestras convicciones como persona, y después puede madurar hacia fuera. Piensa en esto, cuando alguien cambia de verdad, ¿dónde empezó ese cambio?

Cuando tú has cambiado alguna vez, ¿de verdad? ¿Dónde empezó? Es casi como si lo que vemos fuera, fuera la punta de algo más grande, como las ramas de un árbol. Para que un líder influya de forma genuina, primero debe haberse trabajado internamente, y eso se ve en los mejores líderes. Los que realmente lo son de verdad tienen un trabajo interno.

Cuando hablamos de madurar como adultos, quizás se trate de eso, de echar raíces profundas dentro de nosotros mismos, de fortalecer ese interior que nadie ve, salvo nosotros, porque al final, ¿cómo podríamos sostener cambios en el mundo si no hemos cambiado primero nosotros por dentro? Todo lo que sea un cambio hacia afuera, de cara a la galería, dura bien poco. Cuando hablamos de reeducación ejecutiva, no estamos poniendo en mal sitio a la educación ejecutiva, esa es necesaria, es absolutamente vital, Porque los pensamientos que debe tener un líder no es solo estar enfocado en las personas, eso es lo primero que tiene que pensar un líder. Pero un líder también debe ser capaz de gestionar, no no podemos separar lo que sería un manager de un líder o un jefe de lo que es un líder, como si fueran antagónicos, porque no lo son. Es verdad que hay mucho jefe que le falta ser líder, pero no es tan verdad que haya mucho líder que le falte ser jefe.

Ser jefe o estar a cargo, ser responsable de unos resultados, es que es inexcusable, tienes que hacerlo, es para eso que estás ahí en la organización. Necesitas conseguir resultados, y necesitas conseguirlo a través de los recursos que dispones y con las personas con las que cuentas, y fíjate que separo recursos de personas. En los próximos episodios vamos a estar hablando de un concepto de liderazgo profundo, desde dentro, lo que llamamos en inglés in eard development, Y voy a estar explicándote algo que vamos a empezar a trabajar en el club inusual, que es el liderazgo desde dentro desde una profunda y genuina reeducación ejecutiva. Empezar a validar qué es lo que realmente los líderes necesitan desde un punto de vista de gestión, de management, pero reforzar lo que la gran mayoría de jefes necesitan, que es entender al otro, enfocarse en el otro, pero sobre todo, trabajarse por dentro. Así que si te interesa, te animo a que estés aquí el próximo episodio, la semana que viene.

Yo voy a estar viajando esta semana a Suecia como embajador de los inner development goals, y quiero explicártelo después, a partir de la semana que viene, toda la experiencia que vamos a estar allí compartiendo un grupo de personas seleccionadas de todo el mundo, entre las cuales, pues, tengo la suerte de de de estar, y voy a intentar transmitirte algo de esa experiencia, y voy desde luego a intentar explicarte en qué consiste ese desarrollo interno, esos inner development ghouls. Te animo a que estés pendiente de la pantalla y que me acompañes en este camino en el que todos consigamos ser la mejor versión como líderes y como personas. Hablamos pronto.