Error #19: Buscar validación constante
Hay una línea muy fina entre liderar con empatía y liderar para agradar. Empieza con algo muy pequeño, una mirada de aprobación, un buen trabajo que te da energía y, sin darte cuenta, empiezas a buscarlo otra vez y otra y otra, es adictivo. Hasta que liderar deja de ser una expresión de quién eres tú y se convierte en un intento de gustar a los demás. El problema es que cuando buscas validación constante, tu brújula deja de apuntar hacia adentro, empieza a girar según quién te mira. Y entonces ya no decides, entonces reaccionas, ya no lideras, te adaptas para encajar.
Pere Rosales:Pero el liderazgo no va de encajar, va de sostener lo que eres, incluso cuando no todos lo entienden. Cuando necesitas aprobación para sentirte seguro, acabas diciendo sí cuando en realidad querías decir que no. Evitas conflictos por miedo a decepcionar y te conviertes en alguien correcto, pero cada vez menos auténtico. El reconocimiento está muy bien, claro, es muy bonito, todos lo necesitamos, de hecho, pero cuando se convierte en el centro, pierdes la voz que más importa, la tuya. Liderar no es gustar, como dice nuestro amigo Chavira Marsette, liderar es servir, y servir a veces significa tomar decisiones que no caen bien, pero que son coherentes con lo que crees.
Pere Rosales:Así que deja de buscar validación en los ojos de los demás, si es que lo haces. Empieza a construirla dentro de ti, en tu propósito, en tus valores, en tu coherencia. Ser líder es eso, ser coherente, ser auténtico, porque el día que tu paz no dependa del aplauso, ese día empezarás a liderar de verdad. Y este ha sido el error número 19 de nuestra serie de 100 un errores de liderazgo y cómo aprender de ellos. Si te resuena, no lo tapes con sonrisas ni con más esfuerzo por agradar, haz silencio, escúchate y vuelve a tu centro.
Pere Rosales:Nadie crece solo, y eso también va por ti. Hasta el próximo episodio.
Creadores e invitados
