Error #10: Intentar agradar a todo el mundo

Pere Rosales:

Dices que sí, aunque a veces no lo ves claro. Evitas una decisión para no incomodar, te tragas una crítica para no tensar más el ambiente, te esfuerzas por ser cercano, comprensivo, apreciado, pero por dentro sabes que estás cediendo un poco más de la cuenta. Y es que intentar agradar a todo el mundo es literalmente imposible. Queremos ser líderes humanos, líderes que conectan, que escuchan, pero cuando confundimos conexión con necesidad de aprobación, perdemos el centro. Diluyes tu mensaje para no incomodar, evitas decisiones difíciles por temor al rechazo, cambias de rumbo para gustar más y acabas tú sin rumbo.

Pere Rosales:

Y al final el equipo no te respeta más, solo se confunde, porque nadie confía en un líder que se mueve según quien tenga delante. Liderar no es gustar, es guiar con respeto, aunque duela un poco. Es sostener decisiones, aunque no todos las aplaudan. Cosas que puedes hacer. Ser muy claro con tus límites, incluso si cuestan.

Pere Rosales:

Escuchar con empatía, pero decidir con coherencia. Aceptar que no lideras para ser querido, lideras para aportar claridad y también decisión. No se trata de volverte frío, se trata de entender que la firmeza también es una forma de cuidar. Y este ha sido el décimo error de nuestra serie. Si quieres trabajarlo en profundidad, accede a microcurso liderar sin necesidad de agradar.

Pere Rosales:

Este curso está preparado para que sea muy corto y muy accionable, y incluye herramientas para poner límites sin culpa, técnicas para comunicar con firmeza y con empatía, ejercicios para soltar la necesidad de aprobación sin perder la humanidad. Todos los datos los tienes aquí abajo y también en el club inusual, y recuerda, si necesitas gustar a todo el mundo, te acabarás perdiendo a ti mismo. Hasta el próximo episodio.

Error #10: Intentar agradar a todo el mundo