CHANGELOG

Seguimos hablando de reeducación ejecutiva, en este caso hablando acerca de la consciencia que tienes de ti mismo, de ti misma, de nosotros mismos, acerca de nuestro propio liderazgo. Nos basamos en The Leadership Circle y nos basamos en esta serie que la semana pasada estábamos hablando de si nuestro liderazgo era efectivo. Pues bien, ahora vamos a hablar de si somos conscientes de nuestro rol como líderes, ¿no? The Leadership Circle mide en las competencias creativas arriba, una de las dimensiones es autoconsciencia, y ahí es donde nos vamos a basar, sobre todo. Esta herramienta la utilizamos en sesiones de coaching ejecutivo y también en proyectos de transformación organizacional con nuestros clientes, y te puedo asegurar que es lo mejor que hay en el mercado.

Puedes encontrarla en muchísimos sitios, no hace falta que vayas a a pedirnos a nosotros nada, no estamos intentando venderte ningún tipo de servicio, pero sí de convencerte que si quieres realmente transformar a tu organización, y, por tanto, transformar la manera en cómo se lidera dentro de tu organización, necesitas, sin duda alguna, trabajar el liderazgo que tienes dentro de la organización, porque ese liderazgo es quien es responsable de generar lo suficiente como para llevar a la organización al siguiente nivel. El tope de la organización es el tope que tiene de sus líderes. Una organización no puede ir bien si no tiene un buen liderazgo. Y en este caso, los tiempos que vivimos piden un liderazgo sensiblemente distinto, y es por ello que estamos hablando de reeducación ejecutiva, porque hay algunas cosas que debemos reaprender, y algunas otras que también hay que desaprender, y por ello hacemos esta serie. Así que espero, si no lo has visto hasta ahora y esta es la primera, espero que provoque en ti ese gusanillo para ir mirando algunos episodios hacia atrás que tienes aquí mismo en la sección de changelock, es un videoblog que hacemos cada semana.

En este caso, soy yo el que da la cara, pero está detrás todo el equipo de inusual y todos los componentes de, en una manera u otra, en nuestros programas que nos sugieren cosas. Con lo cual, como digo, vamos a entrar en harina y vamos a hablar de esa capacidad de autoconsciencia que tienen o no, en mayor o menor medida, de ahí la herramienta para saberlo, la autoconsciencia. Una alta puntuación en autoconsciencia denota que hay detrás un líder que valora el desarrollo personal por un lado, es decir, que valora no solo que la gente haga lo que tiene que hacer, porque es su trabajo, sino que crezca. Ese tipo de líder que se preocupa si la persona sigue estancada y lleva ya, pues, unos meses o unos años sin hacer progreso, aunque cumpla su sus resultados. Porque sabe esa persona que si hay personas que se sienten estancadas, van a ir perdiendo el estímulo de realizar su trabajo dando lo mejor de sí.

La única manera de poder conseguir que la gente dé lo mejor de sí es que siga creciendo, con lo cual es fundamental desde la perspectiva de liderazgo, no solo estemos facilitando que la gente haga su trabajo y evitando problemas, protegiéndolos de vez en cuando y animándolos otras otras veces, sino mirando realmente y genuinamente por el desarrollo de nuestros equipos. Nuestro amigo Xavier Marsette dice crecer y hacer crecer. Hacer crecer a las personas es uno de los síntomas de un buen líder, y eso es lo primero que tocamos aquí. Cuando eres un líder consciente, eres consciente de que tu equipo necesita crecer. La segunda es actuar con integridad.

Hablábamos cuando hablábamos de si tu liderazgo era auténtico. Integridad significa predicar con el ejemplo, decir lo que haces y hacer lo que dices, básicamente. Con lo cual, ahí es algo importante que tenemos que aceptar nuestras fortalezas y también nuestras debilidades, y eso es la autenticidad, y eso es lo que nos va a dar integridad, que no estamos con una máscara representando un rol como si fuera una obra de teatro, sino que somos nosotros mismos con nuestras virtudes y también con nuestras miserias, ¿por qué no decirlo? Porque todas las personas tienen las suyas y apechugar con eso y complementarnos allí donde yo sé que no llego, ahí está mi equipo, y viceversa. Las personas que tienen baja puntuación en esta dimensión de autoconciencia, luego veremos cómo se divide, básicamente refleja un desequilibrio.

Desequilibrio, como mínimo, en el rol del liderazgo, una tendencia a actuar de acuerdo con las expectativas ajenas, de estar pendiente de los demás, de no tener realmente una base sólida, una raíz sólida a la que ser fiel. Las subdimensiones de esta autoconsciencia vienen a ser la primera, una de las más difíciles para mí, aunque hay algunas veces que la ya la gente las lleva de serie, cuando no se lleva de serie es muy complicado, que es ser un líder abnegado, que es priorizar el bienestar del equipo por encima de tu visibilidad en la organización. El líder abnegado es como ese director de teatro que no quiere salir al escenario, y lo tienen que sacar casi a rastras al final de una obra. Pero ha estado ahí y sigue estando entre bastidores, pero no quiere la gloria. Lo que quiere es que su equipo se lleve la gloria, pero no él o ella.

Para mí es admirable, y denota realmente una gran madurez y una poca necesidad de alimentar el ego. La abnegación significa estar en paz contigo mismo y ser capaz de liderar a los demás. Qué suerte poder tener una persona así. Yo, afortunadamente, he tenido algunas en mi vida, espero que tú también, porque se aprende muchísimo de ellas. Y ahí estamos, aprendiendo, intentando aprender y seguir sus pasos.

La segunda de las características de las subdimensiones de esta autoconsciencia es el equilibrio, y es el hecho de que esta persona mantiene un balance, un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Lejos queda ese o esa jefa que son adictos al trabajo, que solo se ven en plenitud cuando están en el trabajo y tienen realmente sus dotes de mando y su poder, sino que es una persona corriente, normal y corriente, que evidentemente ejerce su rol y su responsabilidad en el trabajo. Qué difícil es ver eso también. Muchas veces cuando las personas tienen o tenemos éxito en nuestro trabajo solo vemos eso, porque realmente es ahí donde conseguimos esa sustancia que alimenta nuestra satisfacción y nuestra motivación, nuestro estímulo. Pero ¿qué hay del estímulo de estar con la familia, de poder disfrutar entre la gente que nos quiere y a la que queremos?

Muchas veces se nos olvida eso, y a veces lo tenemos ahí en la mente, pero lo predicamos muy poco. Miramos nuestra agenda y realmente hay muy poco espacio para ello. Una persona autoconsciente lo que hace, no es que le salga de de serie, lo que hace es ser muy consciente de que tiene que conservar porque quiere un equilibrio entre el trabajo y la familia, y ahí en familia entran también los amigos, las relaciones, etcétera. Tercera, muy importante también, compostura. Eso significa que la persona que es autoconsciente sabe que su papel requiere una cierta compostura, especialmente cuando se está en grupo, que mantiene la calma bajo la presión.

Poco es de fiar un líder que ante una pequeña crisis o media crisis, o incluso grande, se pone de los nervios y pierde la compostura, o que falta el respeto a los demás, o que ha dicho algo que no pensaba y tiene que pedir perdón después. Que si lo hace perfecto, pero es que incluso hay veces que considera que no hay que pedir perdón, malo. Entonces, si eres autoconsciente, desde tu liderazgo sabes y trabajas por la compostura, por mantener esa compostura ante tu equipo, sobre todo en los momentos malos. Y acabo con una muy importante, que es autodidacta. Una persona que es autoconsciente sabe que tiene que aprender, desaprender y reaprender, Esto es un ejemplo.

Se mira vídeos de un señor que no conoce o que sí hablando de no sé qué, pero tiene esa curiosidad de saber a ver qué puedo aprender de esta persona. Busca constantemente nueva información, busca el aprendizaje continuo, sabe y es consciente que no puede parar, es como ir en bicicleta, si paras te caes. Entonces puedes ir más lento, más rápido, a veces vamos hacia arriba, a veces disfrutamos hacia abajo, pero siempre en movimiento, y no nos dormimos nunca en los laureles. Esta es la gracia de una persona que es consciente de ser autodidacta, que sabe que por muchos años que lleve haciendo algo siempre puede aprender algo más, que sabe que por mucho que haya llegado muy alto, sabe que cualquier persona, incluso un becario o un training, le puede enseñar algo superimportante y mantiene esa actitud de aprendiz superimportante. Un liderazgo consciente basado en la autoaceptación y la integridad fortalece la claridad y la confianza, y eso, básicamente, claridad y confianza, son unas de las dos grandes virtudes en el liderazgo.

Y hasta ahí, ahí te dejo hablando contigo mismo, contigo misma, reflexionando y haciéndote la pregunta, ¿hasta qué punto soy yo autoconsciente? De mi rol de liderazgo, lo alimento y lo cultivo, para poder seguir siendo yo mejor persona, mejor líder, y hacer que mi equipo también lo sea. Te dejo con ello y nos vemos en el próximo vídeo. Que vaya muy bien.